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domingo, 26 de marzo de 2017

CONFIGURACIÓN DE LA ÚLTIMA ORILLA (MICHEL HOULLEBECQ)


Datos del libro:
Michel Houellebecq
Configuración de la última orilla
(Anagrama) 104 páginas
Traducción de Altair Diez
Un día por casualidad descubrí esta obra de Michel Houellebecq.  Se trata de su quinto poemario que completa  los cuatro anteriores, todos ellos publicados por Anagrama.

Hasta ese momento nunca había sentido interés por la faceta poética de este irreverente autor que, según Le Monde, es el escritor francés vivo más leído del mundo. Y la verdad es que estoy deseando leer otro de sus poemarios.

Al terminar Configuración de la última orilla experimenté un sentimiento extraño. Por un lado me invadió una intensa melancolía que rozaba el absurdo. Pero, al mismo tiempo, una sensación de levedad me envolvía mitigando la anterior. Tal es la fuerza de los versos de Houellebecq: capaces de hacerte sentir el tedio de una persona al final de su existencia y, al mismo tiempo, la mofa ante tal situación o frente a cualquier sinsabor de la vida. Una especie de esperpento al final del camino.

El libro comienza con unos versos especialmente potentes:

“Cuando muere lo más puro
Cualquier gozo se invalida
Queda el pecho como hueco,
Y hay sombras por donde mires.
Basta con unos segundos Para eliminar un mundo”

Los temas que aborda son universales: deseo, dolor, amor (a veces imposible), infortunio, paso del tiempo y muerte. Y todos ellos son tratados bajo el prisma cáustico, provocador y rabioso al que Houllebecq nos tiene acostumbrados en sus obras.

Respecto de la métrica, el autor alterna versos libres, clásicos y prosa.

Los poemas se agrupan bajo títulos como "Las inmediaciones del vacío" o "Memorias de una polla" en el que el autor afirma, en un tono que nos recuerda ligeramente a Bukowski, aunque no llega a la brillantez del autor de Post office:

“Los hombres sólo quieren que les coman el rabo
Tantas horas al día como sea posible
Tantas chicas bonitas como sea posible.
Fuera de eso, les interesan las cuestiones técnicas.
¿Ha quedado lo bastante claro?"

En la mayoría de los versos se destila desesperación y la sensación de que la vida es absurda. La depresión y la soledad son otras de las tónicas de los poemas:

“Un Adán sin Eva no es gran cosa,
Suspiraba Adán delante de la programación erótica de TF1.
Habría debido casarse, tener críos o algo;
Por muy buenos que sean los perros, un perro sólo es un perro”

En resumen, el autor analiza la existencia humana y su propio sentido desde el punto de vista del que se aproxima, exhausto,  a su final. Y lo hace a través de versos sencillos y directos. Versos crueles, crudos, desgarradores. Letras que reniegan de lo políticamente correcto y que pretenden remover las tripas del lector. Y me atrevería a decir que, en la mayoría de las ocasiones, lo consigue. O, al menos, no lo deja indiferente.




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