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domingo, 4 de diciembre de 2016

TAMBIÉN ESTO PASARÁ (MILENIA BUSQUETS)

Milena Busquets nos habla en esta breve novela de autoficción del proceso de pérdida de un ser querido. En este caso de su madre.  

La novela comienza y termina en un cementerio. Quizás la escena final, con la protagonista llamando a las puertas del cementerio donde está enterrada su madre, sea el pasaje más destacable del libro.

Con una prosa sensible, Busquets aborda temas trascendentes en la vida de todo ser humano: muerte, dolor, pérdida, amor, sexo, familia o amistad. Aunque en mi opinión quizás otorgue una excesiva importancia al sexo que parece servir de evasión o “huída hacia delante” de la protagonista ante cualquier revés que se le presente.

Mi percepción de la protagonista (Blanca) es la de una “niña bien” a la que nunca le ha faltado nada en la vida y eso se refleja en un carácter, a mi modo de ver, bastante infantil y apartado del mundo real. Aunque en el libro lo define como vivir con ligereza. Ella misma afirma en el libro “la ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo”. He leído en alguna crítica literaria que el libro aborda la ligereza sin caer en la superficialidad, ensalzando esto como una virtud de la autora. Pero creo que por momentos la actitud de Blanca traspasa esa fina línea y se muestra bastante superficial. 

Es una novela agridulce aunque con un poso de optimismo que es el que se me quedó después de leerla. Realmente el título es muy acertado, pues todo pasa, incluso los mejores o peores momentos de la vida. Y tras comenzar a superar la muerte de su madre, las ganas de vivir afloran en Blanca y son precisamente esas ganas de vivir (y de aprovechar la vida hasta que el incierto e irremediable final llegue) las que uno siente cuando termina este libro.

Destaca la descripción de la sensación de pérdida de un ser querido que sume a la protagonista en una profunda desorientación y fragilidad. Aunque la frágil Blanca es la protagonista de la novela, la presencia (mejor dicho ausencia) de su madre está latente a lo largo de toda la narración hasta la escena final en el cementerio que, en mi opinión, es un corolario perfecto a esta historia. 

Y todo ello con el mediterráneo de fondo (Cadaqués) que baña con su luz las páginas de esta inusual novela. 


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